La OCDE, abriendo puertas hacia nuevas formas de democracia
Julio 31, 2020
Han ido surgiendo propuestas alrededor del mundo que toman a la democracia como objeto de experimentación, y piensan en nuevas alternativas para sus instituciones y prácticas. En este texto pretendemos exponer un panorama general sobre algunas de estas propuestas, desde la investigación recopilada en el informe titulado “Participación ciudadana innovadora y nuevas instituciones democráticas. Captando la onda deliberativa” [1], que realizó la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) este año.
Si pensamos la democracia como una figura política que solo puede ser entendida y desarrollada en un único sentido, paradójicamente no pensamos de una manera democrática. Porque pensar democráticamente significa apertura, diálogo y participación, incluso sobre las formas de la democracia en sí misma.
El informe de la OCDE se centra en el estudio de los procesos deliberativos que han sido utilizados por las autoridades de diferentes países alrededor del mundo, para así identificar las buenas prácticas y comprender la manera en que se han institucionalizado.

Santiago Niño Aguilar
Investigador
La OCDE, abriendo puertas hacia nuevas formas de democracia
Julio 31, 2020

Santiago Niño Aguilar
Investigador
han ido surgiendo propuestas alrededor del mundo que toman a la democracia como objeto de experimentación, y piensan en nuevas alternativas para sus instituciones y prácticas. En este texto pretendemos exponer un panorama general sobre algunas de estas propuestas, desde la investigación recopilada en el informe titulado “Participación ciudadana innovadora y nuevas instituciones democráticas. Captando la onda deliberativa” [1], que realizó la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) este año.
Si pensamos la democracia como una figura política que solo puede ser entendida y desarrollada en un único sentido, paradójicamente no pensamos de una manera democrática. Porque pensar democráticamente significa apertura, diálogo y participación, incluso sobre las formas de la democracia en sí misma.
El informe de la OCDE se centra en el estudio de los procesos deliberativos que han sido utilizados por las autoridades de diferentes países alrededor del mundo, para así identificar las buenas prácticas y comprender la manera en que se han institucionalizado.
Todos estos nuevos mecanismos incluyen una deliberación robusta, buscan tener un verdadero impacto en las políticas públicas, y la selección de sus participantes persigue conformar una muestra verdaderamente representativa de la sociedad.
Todos estos nuevos mecanismos incluyen una deliberación robusta, buscan tener un verdadero impacto en las políticas públicas, y la selección de sus participantes persigue conformar una muestra verdaderamente representativa de la sociedad.
Democracia(s) y procesos deliberativos
Un primer punto que trata el informe de la OCDE es el de las dos formas de comprender la democracia: la democracia representativa y la democracia deliberativa. Esta se presenta como la teoría que afirma que las decisiones políticas deberían ser siempre el resultado de una discusión justa y razonable entre los ciudadanos. Algunos procesos de la democracia deliberativa utilizan tiempos cortos y cantidades de participantes más pequeñas que las que exige la democracia representativa. Además, emplean el método de selección aleatorio, con diversidad de estructuras y etapas. Este método pretende superar las deficiencias de otras formas de convocatoria (cerradas y abiertas), asegurando un mayor grado de representación de todos los sectores sociales de un determinado grupo.
Sobre los procesos deliberativos, lo primero que se debe decir es que involucran un diálogo, y todo diálogo requiere un objeto central. Las cuestiones o puntos de discusión parecen depender del nivel en el que se estén realizando: a nivel local y regional, se ocupan sobre todo de planificación urbana y estratégica, infraestructura y salud, y, a nivel nacional, de política medioambiental y tecnológica.
Ahora bien, para determinar el éxito de la práctica y el impacto de los procesos deliberativos, la OCDE se centra en cuatro aspectos principales:
- El primero de los aspectos es la integridad del diseño, que se refiere al rigor y la imparcialidad en la estructuración del proceso.
- Un segundo aspecto es la deliberación y el juicio sanos. Un proceso deliberativo debe garantizar espacios en donde los ciudadanos puedan comunicarse, presentar sus formas de ver la solución a los problemas y discutirlos con libertad. De igual manera, este espacio debe fomentar que las decisiones que se tomen sean conjuntas y satisfagan los intereses de toda la comunidad. Para esto resulta imprescindible un aprendizaje y un acceso imparcial a la información.
- El tercer aspecto son las recomendaciones y acciones influyentes. Estas pretenden que el diálogo de los ciudadanos no muera como una opinión al aire, sino que las autoridades adopten en sus políticas públicas las decisiones conjuntas que se dieron en los procesos deliberativos.
- Esto se relaciona con el último aspecto llamado impacto en el público general, que consiste en evaluar el impacto que tienen las decisiones ciudadanas a largo plazo en políticas macro.
Rutas hacia la institucionalización
Si bien los procesos deliberativos pueden tener su origen en las discusiones teóricas, estos han sido implementados en varias ocasiones. El informe de la OCDE muestra una variedad de ejemplos alrededor del mundo, de ciudades, regiones, municipios y países que han institucionalizado estas prácticas, a través de tres rutas.
- La primera de las rutas es establecer una estructura permanente de ciudadanos seleccionados al azar que complemente a las instituciones ya existentes. Tenemos varios ejemplos de esta ruta, como:
a. El modelo Ostbelgien, efectuado en Bélgica en 2019. En este se conformaron por ley tres nuevas instituciones que debían definir la agenda, generar recomendaciones y complementar al Parlamento Regional en la Comunidad de habla alemana de Bélgica (Ostbelgien), por un periodo de año y medio. Estas tres instituciones fueron un Consejo de Ciudadanos permanente compuesto por 24 ciudadanos seleccionados al azar, un Panel de Ciudadanos conformado por un número de 25 a 50 ciudadanos, y una Secretaría constituida por funcionarios de tiempo completo.
b. El Panel de Referencia Regional de Metrolinx sobre transporte en el área metropolitana de Toronto y Hamilton, en el que 30 ciudadanos fueron seleccionados por un periodo de dos años para generar propuestas sobre planificación, desde el año 2018.
c. El modelo “mixto” de Bruselas, conformado por 15 parlamentarios y 45 ciudadanos, que en conjunto desarrollaron recomendaciones para el Comité Parlamentario Permanente sobre temas específicos, desde el 2019.
2. La segunda ruta de institucionalización es establecer como requisito obligatorio para las autoridades, la organización de procesos deliberativos antes de tomar algunas decisiones públicas.
a. Esta alternativa se ha utilizado desde el año 2000 en el Estado de Oregon (Estados Unidos). Allí se han realizado Revisiones de iniciativa ciudadana, con miembros seleccionados al azar, para la revisión de propuestas de referendos y la creación de herramientas que informen al resto de la comunidad antes de las votaciones.
b. En Mongolia, desde el año 2017, se acudió a esta ruta para someter a encuestas deliberativas de ciudadanos toda reforma constitucional, todo proyecto financiado con fondos de desarrollo local y cualquier proyecto de planificación urbana.
c. Otros ejemplos no exigen de manera obligatoria estos procesos, pero sí establecen en la ley los parámetros y la potestad en cabeza de las autoridades para que puedan convocarlos antes de tomar decisiones políticas. Así ha sucedido en varios municipios de las ciudades de Yoshikawa e Iwakura en Japón desde el año 2004[1].
3. La tercera ruta para institucionalizar estos procesos es el establecimiento de reglas que permitan a los ciudadanos exigir un proceso deliberativo representativo sobre un tema específico con la condición de que se reúnan suficientes firmas. Los casos de Bruselas y Mongolia que ya hemos mencionado contemplan esta facultad para que los ciudadanos tengan la iniciativa, pero otros ejemplos que llaman la atención son los de Austria y Polonia, que en varias de sus más grandes ciudades han institucionalizado la posibilidad de exigir procesos de deliberación ciudadana como un derecho reconocido por sus ordenamientos jurídicos, sobre todo desde el año 2017. En Austria, los ciudadanos pueden exigir la conformación de Paneles Ciudadanos, reuniendo una cantidad de firmas que varía según la ciudad (por ejemplo, en Lublin se requieren 350 firmas mientras que en Gdańsk se requieren mínimo 5000). Por su lado, en Polonia, los ciudadanos pueden convocar Consejos de Ciudadanos (Bürgerräate), como lo hicieron en 2017 para debatir sobre el manejo de tierras. Estos Consejos están conformados por 15 ciudadanos seleccionados al azar, que tienen una duración de dos días consecutivos.
Estudiadas estas tres rutas, la OCDE propone algunos aspectos que debe tener en cuenta cualquier autoridad para poder desarrollar de manera efectiva la institucionalización de los procesos deliberativos. Dichos aspectos son:
(i) Diseño institucional correcto.
(ii) Apoyo político.
(iii) Apoyo de los funcionarios públicos.
(iii) Apoyo del público en general y de los medios de comunicación.
(iv) Marco legal y regulatorio claro y estructurado.
(v) Financiamiento suficiente y sostenible.
Nuevas prácticas de deliberación
Como último punto, la OCDE recopila en su informe un amplio catálogo de nuevas e interesantes prácticas democráticas deliberativas. A continuación, presentamos aquellas que demuestran un diseño institucional más estructurado y han tenido mayor impacto social en las políticas públicas.
1) Encuestas deliberativas de África: estas prácticas son procesos que buscan contrastar la opinión de una población sobre una cuestión política, por medio de dos encuestas, una primera que se realiza para medir la opinión inicial que tienen los ciudadanos, y una segunda que se realiza después de que estos hayan sido expuestos a jornadas de aprendizaje y deliberación en grupos pequeños y con el acompañamiento de expertos. En estas se han reunido entre 62 a 669 participantes durante 1,6 días consecutivos. En África fueron convocadas por una asociación de universidades y fundaciones, para realizarlas en los niveles de gobierno local (Senegal 2016 y Ghana 2015), regional (Malawi 2017 y Uganda 2014) y nacional (Tanzania 2015). Con estas encuestas se ofrecieron soluciones a problemas urgentes como inundaciones y reubicación de la comunidad, seguridad alimentaria, saneamiento, higiene, desafíos de la rápida urbanización, los desastres ambientales, el crecimiento de la población y el uso de los recursos naturales.
2) Asambleas de aldeas en la India: se realizan sobre todo en la unidad de gobierno local más pequeña, es decir las “mohallas” (compuestas aproximadamente por mil hogares). Funcionan formando reuniones abiertas donde los ciudadanos pueden proponer, deliberar y decidir sobre obras públicas, monitorearlas, e identificar públicos potenciales para beneficios sociales (como las pensiones). Esta práctica ha enfrentado varios problemas en su ejecución, sobre todo la falta de sostenibilidad financiera.
3) Escenarios de deliberación en Latinoamérica: varias experiencias políticas latinoamericanas como el “presupuesto participativo” que se dio en Porto Alegre, Brasil, en 1998, o la creación de “cabildos” a nivel local en Chile para la redacción constitucional en 2016.
4) Deliberación en procesos de reforma constitucional: son prácticas que pretenden involucrar el diálogo ciudadano en los procesos de reforma o creación constitucional como ocurrió en 2016 en Chile o en Islandia en 2009. En Islandia se organizaron dos Foros Nacionales con más de 900 ciudadanos que deliberaron y manifestaron sus principales preocupaciones políticas.
5) Festivales democráticos: son escenarios de deliberación que tuvieron su origen en el parque Almedalen en la isla sueca de Gotland hace más de 50 años, y que ahora son una famosa práctica en varios países europeos como Islandia, Alemania, Francia, entre otros. Estos festivales funcionan reuniendo de manera informal e incluyente a ciudadanos, representantes del gobierno, la sociedad civil y empresarios, para debatir y deliberar sobre cuestiones sociales. Los temas que se tratan allí varían en cada encuentro, pero siempre se centran en pensar en maneras de mejorar al país, a una región, a una ciudad o a una comunidad
6) Reuniones de las ciudades del siglo XXI: son prácticas democráticas que, con ayuda de herramientas digitales, crean reuniones abiertas para que cualquier ciudadano se informe, participe y discuta varios temas de política en grupos de 10 a 12 personas con el apoyo de moderadores independientes.
[1] http://www.city.yoshikawa.saitama.jp/reiki/H416901010015/H416901010015_j.html
[1] OECD (2020), Innovative Citizen Participation and New Democratic Institutions: Catching the Deliberative Wave, OECD Publishing, Paris, https://doi.org/10.1787/339306da-en.
Democracia(s) y procesos deliberativos
Un primer punto que trata el informe de la OCDE es el de las dos formas de comprender la democracia: la democracia representativa y la democracia deliberativa. Esta se presenta como la teoría que afirma que las decisiones políticas deberían ser siempre el resultado de una discusión justa y razonable entre los ciudadanos. Algunos procesos de la democracia deliberativa utilizan tiempos cortos y cantidades de participantes más pequeñas que las que exige la democracia representativa. Además, emplean el método de selección aleatorio, con diversidad de estructuras y etapas. Este método pretende superar las deficiencias de otras formas de convocatoria (cerradas y abiertas), asegurando un mayor grado de representación de todos los sectores sociales de un determinado grupo.
Sobre los procesos deliberativos, lo primero que se debe decir es que involucran un diálogo, y todo diálogo requiere un objeto central. Las cuestiones o puntos de discusión parecen depender del nivel en el que se estén realizando: a nivel local y regional, se ocupan sobre todo de planificación urbana y estratégica, infraestructura y salud, y, a nivel nacional, de política medioambiental y tecnológica.
Ahora bien, para determinar el éxito de la práctica y el impacto de los procesos deliberativos, la OCDE se centra en cuatro aspectos principales:
- El primero de los aspectos es la integridad del diseño, que se refiere al rigor y la imparcialidad en la estructuración del proceso.
- Un segundo aspecto es la deliberación y el juicio sanos. Un proceso deliberativo debe garantizar espacios en donde los ciudadanos puedan comunicarse, presentar sus formas de ver la solución a los problemas y discutirlos con libertad. De igual manera, este espacio debe fomentar que las decisiones que se tomen sean conjuntas y satisfagan los intereses de toda la comunidad. Para esto resulta imprescindible un aprendizaje y un acceso imparcial a la información.
- El tercer aspecto son las recomendaciones y acciones influyentes. Estas pretenden que el diálogo de los ciudadanos no muera como una opinión al aire, sino que las autoridades adopten en sus políticas públicas las decisiones conjuntas que se dieron en los procesos deliberativos.
- Esto se relaciona con el último aspecto llamado impacto en el público general, que consiste en evaluar el impacto que tienen las decisiones ciudadanas a largo plazo en políticas macro.
Rutas hacia la institucionalización
Si bien los procesos deliberativos pueden tener su origen en las discusiones teóricas, estos han sido implementados en varias ocasiones. El informe de la OCDE muestra una variedad de ejemplos alrededor del mundo, de ciudades, regiones, municipios y países que han institucionalizado estas prácticas, a través de tres rutas.
- La primera de las rutas es establecer una estructura permanente de ciudadanos seleccionados al azar que complemente a las instituciones ya existentes. Tenemos varios ejemplos de esta ruta, como:
a. El modelo Ostbelgien, efectuado en Bélgica en 2019. En este se conformaron por ley tres nuevas instituciones que debían definir la agenda, generar recomendaciones y complementar al Parlamento Regional en la Comunidad de habla alemana de Bélgica (Ostbelgien), por un periodo de año y medio. Estas tres instituciones fueron un Consejo de Ciudadanos permanente compuesto por 24 ciudadanos seleccionados al azar, un Panel de Ciudadanos conformado por un número de 25 a 50 ciudadanos, y una Secretaría constituida por funcionarios de tiempo completo.
b. El Panel de Referencia Regional de Metrolinx sobre transporte en el área metropolitana de Toronto y Hamilton, en el que 30 ciudadanos fueron seleccionados por un periodo de dos años para generar propuestas sobre planificación, desde el año 2018.
c. El modelo “mixto” de Bruselas, conformado por 15 parlamentarios y 45 ciudadanos, que en conjunto desarrollaron recomendaciones para el Comité Parlamentario Permanente sobre temas específicos, desde el 2019.
2. La segunda ruta de institucionalización es establecer como requisito obligatorio para las autoridades, la organización de procesos deliberativos antes de tomar algunas decisiones públicas.
a. Esta alternativa se ha utilizado desde el año 2000 en el Estado de Oregon (Estados Unidos). Allí se han realizado Revisiones de iniciativa ciudadana, con miembros seleccionados al azar, para la revisión de propuestas de referendos y la creación de herramientas que informen al resto de la comunidad antes de las votaciones.
b. En Mongolia, desde el año 2017, se acudió a esta ruta para someter a encuestas deliberativas de ciudadanos toda reforma constitucional, todo proyecto financiado con fondos de desarrollo local y cualquier proyecto de planificación urbana.
c. Otros ejemplos no exigen de manera obligatoria estos procesos, pero sí establecen en la ley los parámetros y la potestad en cabeza de las autoridades para que puedan convocarlos antes de tomar decisiones políticas. Así ha sucedido en varios municipios de las ciudades de Yoshikawa e Iwakura en Japón desde el año 2004[1].
3. La tercera ruta para institucionalizar estos procesos es el establecimiento de reglas que permitan a los ciudadanos exigir un proceso deliberativo representativo sobre un tema específico con la condición de que se reúnan suficientes firmas. Los casos de Bruselas y Mongolia que ya hemos mencionado contemplan esta facultad para que los ciudadanos tengan la iniciativa, pero otros ejemplos que llaman la atención son los de Austria y Polonia, que en varias de sus más grandes ciudades han institucionalizado la posibilidad de exigir procesos de deliberación ciudadana como un derecho reconocido por sus ordenamientos jurídicos, sobre todo desde el año 2017. En Austria, los ciudadanos pueden exigir la conformación de Paneles Ciudadanos, reuniendo una cantidad de firmas que varía según la ciudad (por ejemplo, en Lublin se requieren 350 firmas mientras que en Gdańsk se requieren mínimo 5000). Por su lado, en Polonia, los ciudadanos pueden convocar Consejos de Ciudadanos (Bürgerräate), como lo hicieron en 2017 para debatir sobre el manejo de tierras. Estos Consejos están conformados por 15 ciudadanos seleccionados al azar, que tienen una duración de dos días consecutivos.
Estudiadas estas tres rutas, la OCDE propone algunos aspectos que debe tener en cuenta cualquier autoridad para poder desarrollar de manera efectiva la institucionalización de los procesos deliberativos. Dichos aspectos son:
(i) Diseño institucional correcto.
(ii) Apoyo político.
(iii) Apoyo de los funcionarios públicos.
(iii) Apoyo del público en general y de los medios de comunicación.
(iv) Marco legal y regulatorio claro y estructurado.
(v) Financiamiento suficiente y sostenible.
Nuevas prácticas de deliberación
Como último punto, la OCDE recopila en su informe un amplio catálogo de nuevas e interesantes prácticas democráticas deliberativas. A continuación, presentamos aquellas que demuestran un diseño institucional más estructurado y han tenido mayor impacto social en las políticas públicas.
1) Encuestas deliberativas de África: estas prácticas son procesos que buscan contrastar la opinión de una población sobre una cuestión política, por medio de dos encuestas, una primera que se realiza para medir la opinión inicial que tienen los ciudadanos, y una segunda que se realiza después de que estos hayan sido expuestos a jornadas de aprendizaje y deliberación en grupos pequeños y con el acompañamiento de expertos. En estas se han reunido entre 62 a 669 participantes durante 1,6 días consecutivos. En África fueron convocadas por una asociación de universidades y fundaciones, para realizarlas en los niveles de gobierno local (Senegal 2016 y Ghana 2015), regional (Malawi 2017 y Uganda 2014) y nacional (Tanzania 2015). Con estas encuestas se ofrecieron soluciones a problemas urgentes como inundaciones y reubicación de la comunidad, seguridad alimentaria, saneamiento, higiene, desafíos de la rápida urbanización, los desastres ambientales, el crecimiento de la población y el uso de los recursos naturales.
2) Asambleas de aldeas en la India: se realizan sobre todo en la unidad de gobierno local más pequeña, es decir las “mohallas” (compuestas aproximadamente por mil hogares). Funcionan formando reuniones abiertas donde los ciudadanos pueden proponer, deliberar y decidir sobre obras públicas, monitorearlas, e identificar públicos potenciales para beneficios sociales (como las pensiones). Esta práctica ha enfrentado varios problemas en su ejecución, sobre todo la falta de sostenibilidad financiera.
3) Escenarios de deliberación en Latinoamérica: varias experiencias políticas latinoamericanas como el “presupuesto participativo” que se dio en Porto Alegre, Brasil, en 1998, o la creación de “cabildos” a nivel local en Chile para la redacción constitucional en 2016.
4) Deliberación en procesos de reforma constitucional: son prácticas que pretenden involucrar el diálogo ciudadano en los procesos de reforma o creación constitucional como ocurrió en 2016 en Chile o en Islandia en 2009. En Islandia se organizaron dos Foros Nacionales con más de 900 ciudadanos que deliberaron y manifestaron sus principales preocupaciones políticas.
5) Festivales democráticos: son escenarios de deliberación que tuvieron su origen en el parque Almedalen en la isla sueca de Gotland hace más de 50 años, y que ahora son una famosa práctica en varios países europeos como Islandia, Alemania, Francia, entre otros. Estos festivales funcionan reuniendo de manera informal e incluyente a ciudadanos, representantes del gobierno, la sociedad civil y empresarios, para debatir y deliberar sobre cuestiones sociales. Los temas que se tratan allí varían en cada encuentro, pero siempre se centran en pensar en maneras de mejorar al país, a una región, a una ciudad o a una comunidad
6) Reuniones de las ciudades del siglo XXI: son prácticas democráticas que, con ayuda de herramientas digitales, crean reuniones abiertas para que cualquier ciudadano se informe, participe y discuta varios temas de política en grupos de 10 a 12 personas con el apoyo de moderadores independientes.
[1] http://www.city.yoshikawa.saitama.jp/reiki/H416901010015/H416901010015_j.html
[1] OECD (2020), Innovative Citizen Participation and New Democratic Institutions: Catching the Deliberative Wave, OECD Publishing, Paris, https://doi.org/10.1787/339306da-en.

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